San Bernardino de Siena: Siete consejos para ser un buen estudiante
San Bernardino de Siena pintado por el Greco
- Estimazione: Aprecio hacia el estudio en sí mismo, no por sus “salidas de futuro”. Saber apreciar el conocimiento, los libros, los grandes autores del pasado. No se trata de buscar “unos estudios que me gusten”, sino de amar el saber por su valor intrínseco, secundando nuestra innata curiosidad. Quien no siga este consejo será –así lo suelta San Bernardino- “como un cerdo en la pocilga, que come, bebe y duerme”, un “Don Nadie” en la vida.
- Separazione: El estudiante debe poner distancia, evitar y renunciar a todo aquello que perturbe lo que en esa etapa de su vida es principal: su aprendizaje. No es una regla fácil. Afecta a las malas compañías, a las lecturas perniciosas, a las supercherías y a los juegos de azar, al uso incorrecto del ocio, a las formas indecorosas u ostentosas de vestir y a algo tan interesante como difícil de discernir: plantearse metas personales elevadas, pero realistas.
- Quietazione: Todo estudiante precisa un espacio de sosiego, exterior e interior, para rendir en su trabajo. Para ello, Bernardino propone controlar las pasiones desordenadas que turban el espíritu. Demasiadas juergas, excesivos y poco serios flirteos, odios y juicios persistentes, impulsos ciegos e incontrolados y la innoble pretensión de obtener un título sin esfuerzo, ofuscan la psique e impiden progresar como estudiantes y como personas.
- Ordinazione: El consejo más nombrado y menos seguido. Es necesario un orden y una jerarquía en el estudio. Las tareas deben secuenciarse, sin atracones de última hora. El aprendizaje superficial, cogido con alfileres sólo para aprobar, es como un mero enharinado: “Si estás rebozado, que te frían”, ironizaba Juan Pablo I comentando esta regla. Bernardino aconseja buscar el equilibrio psicofísico, comer y descansar lo necesario y actuar “con cabeza”.
- Continuazione: Constancia y perseverancia, incluyendo saber levantarse y continuar cuando uno se equivoca. Hay estudiantes “mosca”, que revolotean por el estudio sin detenerse a profundizar en nada. Otros, los estudiantes “abejorro”, se posan algo más, pero sólo para molestar con su zumbido. Los estudiantes “abeja”, en cambio, se paran con calma y liban hasta el fondo cada ocasión de aprendizaje. Sólo estos aprenden y maduran.
- Discrezione: Factor de equilibrio de las reglas anteriores. Se relaciona con la virtud de la prudencia y la capacidad de discernimiento. Los consejos anteriormente citados para el estudio deben interpretarse y aplicarse sin extremismos y sin que ninguno de ellos eclipse a los demás. Contiene, además, una llamada a trazarse y lograr objetivos a largo plazo. También descalifica la mera discusión de opiniones como medio para adquirir conocimientos.
- Dilettazione: Disfrutar de los estudios. Aprender es una gozada. Pero esto no se siente nada más comenzar el camino. El deleite en el estudio llegará como un premio al esfuerzo y la constancia. Este placer no lo conoce quien no ha sido capaz de obtenerlo, saborearlo a fondo y trabajarlo con empeño y perseverancia. El placer del estudio está garantizado por Bernardino, pero sólo para quienes sigan estos siete consejos con constancia y firmeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario